Este podría ser el consejo de cualquier nutricionista, porque el ser humano debería consumir alimentos de una forma equilibrada y saludable. Pero no todo régimen es equilibrado y no todo plan es saludable, por lo que tenemos que tener presentes estas dos variables para no caer en el error.
Entonces, una dieta equilibrada es -en teoría- aquella por medio de la cual obtenemos todos los nutrientes necesarios para que nuestro organismo funcione correctamente y, además, para que estemos protegidos y nuestro sistema inmunológico se encuentre más fuerte ante cualquier enfermedad. Por lo tanto, estos regímenes no deben ser iguales para todas las personas, es decir, debe variar dependiendo de quién desee implementarla.
Una dieta equilibrada respeta las diferentes necesidades nutricionales que posee el cuerpo de cada individuo, por lo que debe, a su vez, adaptarse a las calorías que requiere las persona en función de estatura y complexión física.
Ahora bien, entre una dieta equilibrada y saludable pueden existir pequeños desequilibrios, con esto nos referimos a que puede que hayan alimentos poco saludables dentro de la dieta, ya que es difícil mantener un régimen completamente estricto. En cuanto a esto, siempre debe existir cierta flexibilidad.
¿Cómo debe ser una dieta equilibrada?
Básicamente, una dieta equilibrada busca que la cantidad de hidratos de carbono, proteínas y grasas que consumimos a lo largo del día, todos los días, actúe de forma óptima para el pleno funcionamiento de nuestro cuerpo. Pero no solo esto, además se debe respetar la inclusión variada junto a la proporción adecuada de cada alimento.
Para tenerlo un poco más claro, una buena dieta equilibrada debe seguir los parámetros de la pirámide alimenticia o nutricional (como también es conocida), la cual iría de la siguiente manera:
- Grasas, aceites y dulces en el tope del escalafón, seguido de leche, yogurt, queso.
- Para luego bajar por la carne, el pescado, pollo, huevos, legumbres, frutos secos.
- En el medio de la pirámide están los vegetales, así como las frutas.
- Y para culminar con el pan, los cereales, la pasta y el arroz.
Esto se puede traducir en los siguientes porcentajes de las necesidades nutricionales diarias:
- Hidratos de carbono: 50-55%. En esta ponderación se encuentran los alimentos como los cereales integrales, las frutas y las verduras.
- Grasas: 30-35%: En este punto es recomendable el consumo de aceite de oliva, por su contenido en ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico). Además, se aconseja la ingesta de ácidos grasos, omega -6 y omega -3, necesarios para el funcionamiento adecuado del cerebro.
- Proteínas: 10-15%. En este último se recomienda encontrar el equilibrio entre el consumo animal, es decir, el consumo de carnes, pollo, pescados y huevos, así como los vegetales (leguminosas, frutos secos) dentro de la sección de las proteínas.
Finalmente, la clave en la dieta equilibrada se encuentra precisamente allí. Es fundamental que nuestro plan tenga el mayor balance posible, combinando lo saludable con algún mal necesario (siempre sin exagerar). No existen dudas, eso sería excelente para nuestro organismo y, en caso de practicar algún deporte, esta también será la mejor forma de rendir en las respectivas actividades.